Diario de Avisos, 15 de noviembre de 2013
Paco Deniz
El título de esta columna bien pudiera haber sido “échate a correr”,
pero durante la carrera me he dado cuenta de que ya no tenemos para
dónde. Solo procede correr contra ellos, los que dan dinero para
publicar un libro como el publicado por la editorial del obispado de
Granada, que el propio Franco lo hubiera considerado, cuando menos,
inoportuno. Pero los curas no se cortan, en su cruzada contra los
valores del progreso de las civilizaciones hacen ruedas de prensa y
todo, y dicen misa, aunque lo verdaderamente preocupante no son sus
rezos, sino que las instituciones del Estado apoyen financieramente a
estas editoriales y a estos meapilas. Ese es el problema, y creo que en
todas las instituciones democráticas debería haber un acuerdo entre las
izquierdas y la gente honesta con principios que haya en otros credos
para eliminar el apoyo financiero y político a la Iglesia. Y no valen
los aplausitos de tres o cuatro socialdemócratas que ponen una manita de
pintura en la conferencia de Rubalcaba. Con la extrema derecha no se
pelea con gestos para la galería. Con eso ya no engañan a nadie. Hay que
tirársele al cuello que es donde duele, justo en la nuez de la
garganta.
El otro frente de la cruzada lo dirige el ministro del Interior que
promete una reforma legislativa donde se tipifiquen como delito los
escraches y las protestas “no comunicadas” ante la sede del Congreso de
los Diputados. Se trata según el susodicho cruzado de acabar con el
“limbo jurídico” en el que se encuentran este tipo de acciones. En
definitiva limitarán, aún más si cabe, el derecho de manifestación,
menos mal que no todos los magistrados entienden que ello sea delito.
Habrá debate, pero habrá que impedir esa cruzada, de lo contrario el
mundo será mucho más triste y sumiso, la gente estará mucho más temerosa
de lo que le pueda pasar por abrir la boca a todo pulmón. En fin, habrá
que innovar otras formas de protesta, porque hasta amagar con la chola
es un acto terrorista.