miércoles, 29 de septiembre de 2010

La única huelga inútil es la que no se hace

Diario Público 29/09/10

El Poeta Luis García Montero (Granada, 1958) y el cantautor Joaquín Sabina (Úbeda, Jaén, 1949) ya complotaban juntos en la Granada del tardofranquismo la forma de unir a la cultura roja e insumisa con la lucha del movimiento obrero. Más de 30 años después ha cambiado casi todo, pero ahí siguen: en lo mismo. En la cuenta atrás de la huelga general, los dos amigos se juntaron el lunes en la casa de un convaleciente Sabina "estoy magullado por una cogida de un toro muy cabrón", bromea para charlar, con Público de testigo, sobre una huelga que ambos consideran imprescindible.

"Hay que poner en marcha una cultura distinta y este puede ser el punto de partida"

PÚBLICO: Otra huelga general, pero con Zapatero, que tanta ilusión despertó en la izquierda. ¿Esperaban algo así?

LUIS GARCÍA MONTERO: No pensaba que iba a ser necesario. Fue muy llamativa su imagen de cuando ganó diciendo aquello de "No os fallaré". Y están muy cercanas declaraciones asegurando que los más necesitados no iban a pagar la crisis. Pareció que era posible que un gobernante se opusiera a una salida tan neoliberal de la crisis. Pero el cambio ha sido tan radical que no hay otra salida.

JOAQUÍN SABINA: Ha habido una escenificación brutal de falta de soberanía, incluso por parte del Gobierno, capaz de negar su programa electoral por una llamada de Europa y otra de Obama. Lo que transmiten es que no hay alternativa y que una llamada de teléfono es suficiente para que uno se meta el programa electoral donde le quepa. Los sindicatos no tenían más remedio que ir a la huega.

"El único piquete violento son a menudo los empresarios con sus amenazas de despido"

LGM: Pero cuidado, que hay una trampa: todos estamos repitiendo que esto lo impone Europa. Cuando Rajoy o Aznar defienden una postura, no decimos que lo exige España, sino la derecha. Nos han hecho tragar con que estas cosas las dice Europa cuando las dicen Merkel y la derecha neoliberal. No se trata de que España se oponga a Europa, sino de que la socialdemocracia contribuya a construir una Europa menos neoliberal.

JS: Sí, claro, pero es que sólo tienes que mirar lo que está pasando en toda Europa, incluso en Suecia. Caído el Muro, se están cargando el Estado del bienestar y ya van directamente a por la socialdemocracia.

Competir con la derecha

LGM: Por esto la huelga tiene también un aspecto cívico, de ciudadanos que ven que sus gobernantes no dan cuenta de su programa electoral ante ellos, sino ante el FMI. La socialdemocracia intenta competir con la derecha neoliberal. Y así se busca su propia ruina porque en su terreno es muy difícil competir.

JS: Es imposible. Si nos remontamos sólo un poco atrás, es aún más increíble. Vayamos a la caída de LehmanBrothers. Durante 15 días parecía que estaban releyendo a Carlos Marx. ¡Nacionalizaron bancos! Pero era espurio. Los salvaron con nuestro dinero. Aquel discurso se ha olvidado. Ni hubo corrección ni la va a haber. Al contrario: han ido directamente a por la clase obrera, a por los sindicatos y a por la socialdemocracia y el Estado del bienestar.

PÚBLICO: Aquel discurso lo enarboló el propio Zapatero. ¿No tienen la sensación de que cambió después de que le pusieran una pistola en la sien?

"Es inseparable defender la democracia y la dignidad del trabajo de la gente"

JS: Desde luego, esto es lo que han escenificado.

PÚBLICO: Si es así, ¿qué puede hacer una huelga?

JS: Primero, creo en el derecho al pataleo. No sé si la huelga sirve, pero al menos escenifica que la clase obrera y los sindicatos no están de acuerdo. Y también para decir algo que nadie dice: que tiene que haberalternativas.

LGM: Una de las cosas más peligrosas es decir que la huelga no va a servir. Las huelgas que no sirven de nada son las que no se hacen y la experiencia ha demostrado que los presidentes tienen que cambiar. ¡Incluso Aznar tuvo que sentarse a dialogar! A lo mejor no se logra revocar del todo la reforma laboral, pero influirá en muchas otras cosas: para las pensiones, para todo lo que se viene encima. Hemos entrado en una dinámica de asunción de la cultura neoliberal que hay que detener. Habrá que poner en marcha una cultura distinta y este puede ser un punto de partida.

JS: Que las huelgas se ganen o se pierdan es relativo. Bajo el franquismo, la huelga nacional pacífica del PCE siempre fracasó, pero sirvió. Dicen que en Mayo del 68 no pasó nada. ¿Cómo que no? ¡Cambió las costumbres! ¿El comunismo no sirvió para nada? Pues resulta que por reacción nació la socialdemocracia y todas las ventajas para los trabajadores. La huelga es necesaria.

"Mansedumbre furiosa"

LGM: Es la situación ideal para tomar conciencia de quién es el culpable. Hasta ahora, las reacciones se han guiado por una especie de mansedumbre furiosa. Hay mucho cabreo, pero no se dirige contra los culpables, sino contra el inmigrante o incluso contra los líderes sindicales. Nos han echado a pelearnos los unos contra los otros. Hay que lograr que la gente vuelva a saber quiénes son los culpables.

JS: Para mí, huelga es una palabra sagrada. Me acuerdo sobre todo de las que proponían los comunistas durante el franquismo. Y recuerdo, como si fuera un poema de muchísima emoción, cuando en la huelga contra Felipe González se apagó TVE. Fue una preciosidad: siempre quise escribir una canción sobre el tipo que desenchufó. Y ahora resulta que a esta palabra sagrada le están echando mierda por todos lados con el ataque frontal a los sindicatos. Lo que está haciendo Esperanza Aguirre es un peligro tremendo. Se quieren cargar a los liberados sindicales, demonizan a los piquetes...

LGM: El único piquete violento son a menudo los empresarios con sus amenazas: si no vienes a trabajar, pierdes el trabajo. Hay mucha gente con miedo, también en el mundo de la cultura. El otro día lo contaba un actor que está grabando Torrente: el productor le dijo que si no iba el 29, pues que tampoco fuera el 30.

"Para mí, huelga es una palabra sagrada. Y la más digna expresión de la política"

El productor de Torrente

JS: ¿Pero qué es esto? Torrente, amiguete: ¡a la huelga, carajo!

PÚBLICO. ¿Ven algún paralelismo entre la demonización de los sindicatos y la de la gente de la cultura?

LGM: Tienen muy claro lo que puede hacer daño a la política neoliberal y se lanzan a triturarlo: la gente de la cultura representa una conciencia; los sindicatos, una voluntad social de organización. Lo que menos desean es la conciencia que piensa sobre si misma y que además quiere organizarse. Por esto denigran a los sindicatos y a la gente de la cultura.

JS: No conozco a ningún país donde se ataque de esta manera a los escritores, a los cantantes, a los actores ¡Yo jamás he tenido una subvención! Ese odio visceral a los titiriteros, que por cierto es una palabra hermosísima, no lo he visto en ningún lugar. Y luego está la manipulación horrible del acto del otro día, que la mayoría de medios presentó como algo "de los de la ceja", cuando allí casi no había ninguno que hubiera sido de la ceja. Yo sí lo fui y, aunque muchos amigos me echaron una bronca, estoy orgulloso de ello. Hice lo que creía que debía hacer y ahora hago lo que creo que debo hacer. Yo he respetado y sigo respetando mucho las buenas intenciones de Zapatero, que me parecen reales. Pero su discurso apoyando a Sarkozy fue realmente obsceno.

LGM: Es inaceptable. Y con esto de las buenas intenciones...

JS: Lo que quiero decir es que es honrado.

LGM: Desde luego no se lleva dinero como los del caso Gürtel. Pero contagia una fuerte sensación de mentira. Dice una cosa un día y al día siguiente otra. Podrías dar la sensación de que te obligan, pero resulta que él está jugando a creérselo. Cuando dice que esta reforma laboral va a crear empleo, sabe que es mentira.

JS: Pues yo creo que se lo cree, lo cual es casi peor. Lo cierto es que el Zapatero que se retiró de Irak no tiene nada que ver con el del discurso proSarkozy. La realpolitik se ha impuesto.

LGM: Yo creo que ni siquiera se lo cree. Y los datos están ahí: la economía se ha paralizado porque han tomado medidas que no sirven para la economía real; sólo para la especulación. ¿Dónde queda la política?

JS: Lo que más me gusta de tus razonamientos es la defensa de la palabra política. Ya es hora de dignificar esta palabra, que no es más que la participación del ciudadano en los asuntos públicos. Y la huelga es la más digna y sagrada expresión de la política.

LGM: Nosotros venimos de la experiencia de la política con mayúsculas, que sirve para transformar la sociedad ¿Tú viviste en Granada la huelga del año 73 en la construcción?

JS: Claro.

LGM: La policía tiroteó a los obreros en la puerta de la catedral y mató a tres. ¿Esa gente estaba luchando por la democracia o por sus derechos?

JS: Por las dos cosas.

LGM: Ahí voy. Es inseparable defender la democracia y la dignidad del trabajo de la gente.

"Yo fui de la ceja y no me arrepiento. Pero la 'realpolitik' se ha impuesto a aquel ZP"

PÚBLICO: ¿Tienen alguna esperanza de que tras la huelga vuelva el primer Zapatero?

JS: No. Nadie en los centros de poder ve alternativa.

LGM: Tengo poca esperanza en que cambie. Lo que sí creo es que debe tomarse conciencia de la necesidad de una fuerza política a la izquierda.

JS: Pero a medio plazo.

LGM: Sí, a medio plazo. E intentar hacer la verdadera reforma de la izquierda española, que aglutine a muchos y ponga en marcha la respuesta de la sociedad. Mi mirada de futuro tiene que ver con mi memoria, y mi memoria tiene que ver con el futuro. Y aquí estamos hablando dos personas que crecimos en una universidad que se dedicó a luchar contra la dictadura y que demostraron que se podían cambiar las cosas.

JS: Claro, pero el horizonte era la democracia y luego lo más socialista posible. ¿Qué hay ahora en el horizonte? Nada. El santo laico

LGM: Cuando a ti te persiguió la policía después de una acción estudiantil, pudiste salir a Londres porque alguien te dio su pasaporte.

JS: Fue un santo laico.

LGM: Un santo laico fue capaz de arriesgarse, te dio su pasaporte, tú pudiste escapar. Esa es la memoria que quiero recordar. La gente está perdiendo la fraternidad. De los valores de la ilustración, lo primero que ha intentado cargarse la derecha es la fraternidad. Luego se consigue todo lo demás. Me gustaría que la gente fuera capaz de recuperar la solidaridad y de crear una ilusión colectiva. Ese es el futuro.

"Quise escribir una canción sobre el tipo que desenchufó TVE en la huelga contra Felipe"

PÚBLICO: ¿Ven alguna posibilidad de que triunfe la huelga y luego no gane el PP?

JS: Si hablo de reconstruir a medio plazo es porque en el cortísimo plazo no espero nada. Los nubarrones que se ven por todo tipo de horizonte presagian que vamos a estar igual o peor. Aunque la política va más deprisa de lo que creen los oráculos, y ni la CIA esperaba la caída del Muro de Berlín. Ahora no vemos posibilidades de que nuestros hijos vivan mejor que nosotros. Esto también es por nuestros hijos, como dijo Almudena Grandes. Por esto creo en el medio plazo y no en el cortísimo.

LGM: Creo que si pierde el Gobierno socialista no va a ser por la huelga.

JS: Entre otras cosas porque la huelga no quiere cargarse al Gobierno. Pero hay que decirle al PSOE que sólo por sus siglas no tiene bula.

LGM: Hay que protestar contra el Gobierno, pero la huelga es también contra muchos gobiernos autonómicos, como el de Aguirre, y contra la patronal, que impone estas políticas. La huelga puede servir para reactivar la conciencia cívica y facilitar por tanto que no pierda la izquierda o que vuelva pronto con maneras distintas.

sábado, 25 de septiembre de 2010

No fui a la huelga. Reflexiones de un empleado público

CGT Administración Publica de Córdoba

Fueron a por los sueldos de los funcionarios, a reducirlos, y dije que no haría huelga, que no estaba dispuesto a perder un día de mi sueldo.

Visto el escaso éxito de la huelga, fueron a por los trabajadores del sector privado, a abaratar el despido y deteriorar las condiciones de trabajo, y dije que no iría a la huelga, que no estaba dispuesto a perder un día de mi sueldo.

Visto el escaso éxito de la huelga, fueron a por las pensiones, a reducirlas endureciendo las condiciones de acceso y la edad de jubilación, y dije que no iría a la huelga, que no estaba dispuesto a perder un día de mi sueldo.

Visto el escaso éxito de la huelga, fueron a por los sindicatos y los sindicalistas, reduciendo su número y la capacidad de negociación de los sindicatos en las empresas, y dije que no iría a la huelga, que no estaba dispuesto a perder un día de mi sueldo.

Visto el escaso éxito de las huelgas, siguieron y siguieron empeorando las condiciones de vida de funcionarios, trabajadores y pensionistas…

Al cabo de los años, mi capacidad adquisitiva ha mermado tanto que a veces tengo dificultades insalvables para atender mis necesidades y las de mi familia; tampoco puedo hacer nada por mejorar mis condiciones de trabajo, porque los sindicatos prácticamente los han borrado del mapa; me jubilaré tarde y con una pensión mermada y, sobre todo, mis hijos tienen un futuro aún más negro. Pero yo no fui a la huelga porque no estaba dispuesto a perder ningún día de mi sueldo y no lo perdí.

Estas líneas anteriores no son política-ficción, sino lo que puede pasar y tiene grandes posibilidades de pasar si no damos un respuesta contundente. Cuando los poderosos (gobierno, banca, grandes empresarios) no reciben respuestas contundentes, lo tienen claro: se frotan las manos y siguen con las vueltas de tuerca, endureciendo más y más las condiciones de vida de los de abajo y aumentando sus propios beneficios. Hay que pararles los pies. Si la huelga es un éxito, podemos frenar la escalada de deterioro de nuestras condiciones de vida. De nosotros, de todos nosotros depende.

SÍ A LA HUELGA GENERAL.

viernes, 24 de septiembre de 2010

Razones para una Huelga General

Por Daniel Jimenez, afiliado al sindicato de banca de CGT Madrid y
militante de varios movimientos sociales.

Estos días resulta bastante frecuente escuchar a muchos trabajadores y
trabajadoras decir que no irán a la huelga, y lo argumentan lanzándose a una dura crítica contra los dos sindicatos mayoritarios del país. No seré yo, afiliado como soy a CGT, quien les defienda, pero me preocupa que los que adoptan este discurso no se den cuenta de un importante detalle: el golpe que supone esta reforma laboral no lo van a sufrir ni Méndez ni Toxo. Ellos están más que a salvo.
Esta reforma laboral la van a pagar, en cambio, la inmensa masa social de este país, compuesta por aquellos hombres y mujeres que sólo cuentan con su fuerza de trabajo para ganarse el pan. No son las grandes cúpulas paniaguadas de los sindicatos de concertación los perjudicados por esta
reforma laboral. No, el perjudicado eres tú, que tal vez trabajas en una
subcontrata y te han echado al ser descubierto cuando querías montar un
comité de empresa. O tu padre, que ha sido despedido a sus 50 años con 20 días de indemnización por año trabajo, en lugar de 45, ya que esta reforma laboral tiene efectos retroactivos. O tal vez sea tu hermana, a la que le han cambiado el horario de trabajo de buenas a primeras y ya no puede ver a sus hijos. El primer caso ha ocurrido toda la vida. Los otros ahora serán posibles tras la reforma laboral.
A finales del pasado año, mi comité de empresa, del que tengo el inmenso honor de forma parte, forzó un acuerdo con la dirección que permitió mejorar las condiciones laborales de gran parte de nuestros trabajadores. Este acuerdo mañana puede quedarse en agua de borrajas si la empresa dice que ha tenido un mal año, y poco importará que mientras tanto siga repartiendo dividendos y bonus a los señores que deciden nuestro destino. Así sucederá previsiblemente con los acuerdos y convenios colectivos en miles y miles de empresas, afectando tal vez a decenas o cientos de miles de trabajadores. Ellos, y no los liberados sindicales, ni Méndez, ni Toxo, son las víctimas de la reforma laboral. Y lo son porque aunque quieran defenderse, el nuevo marco legal no lo va a permitir.
A esos trabajadores que critican a los sindicatos tachándoles de gremio
privilegiado les formularía la siguiente pregunta: ¿tú dejarías tus derechos laborales, que son los que te garantizan un trabajo digno, en manos de gente en la que no confías? Porque si no confías en los dos grandes sindicatos, puedes afiliarte a otras muchas centrales sindicales. Otra posibilidad sería cambiar desde dentro a esos dos grandes sindicatos mayoritarios. Posiblemente, si en lugar de la afiliación tan mínima que se registra en ellos, la inmensa mayoría de la clase trabajadora de este país estuviera activa y militante dentro de CCOO y UGT, sus cúpulas lo tendrían mucho más difícil para hacernos comulgar con ruedas de molino.
Pero los trabajadores no hacen ninguna de las dos cosas. No buscan otros
sindicatos ni tampoco intentan afiliarse a los dos grandes para presionarles y obligarles a tomar otra dirección. En lugar de eso se queda viendo la televisión, y tragándose los tendenciosos mensajes de esos opinólogos y políticos que también están convenientemente paniaguados, todavía más que los sindicatos, por cierto, y que les inoculan ese brillante mensaje de “jodeos, liberados sindicales, que yo no voy a la huelga por esa reforma”. Por esa reforma que atenta contra vosotros, la clase trabajadora de este país, les falta añadir.
Nuestros padres consiguieron vivir mejor que nuestros abuelos. Pero mi
generación, la nacida a partir de la década de los ochenta, va a vivir peor que la de nuestros padres. Y nuestros hijos e hijas, si es que aún quedan valientes que piensen que es viable ese lujo de tener hijos, sencillamente no tienen futuro. No tienen futuro porque hemos hecho todo lo posible para que no lo tengan. O mejor aún, no hemos hecho nada. ¿Hasta cuándo tiene que seguir cayendo vuestra dignidad para llegar al fondo del pozo? Esa sería la pregunta que yo me atrevo a lanzar a toda esta generación que asiste como espectadora a su propio despojo.
Pero algunos y algunas no nos resignaos, y aunque seamos pocos, allí estaremos con nuestra dignidad a cuestas el próximo 29 de septiembre. Intentando hacer nuestra la convocatoria. No de UGT, no de CCOO, ni siquiera de CGT, mi sindicato.
La clase trabajadora de este país debe unirse sin fisuras de nuevo e intentar trascender y superar todas las siglas. La protesta debe ir más allá del día de la huelga general y seguir adelante. Comandada no por las cúpulas, sino por nosotros y nosotras, que somos las víctimas propiciatorias de esta reforma laboral. Salvo que volvamos a recuperar el timón de nuestras vidas. De ti, que estás leyendo esto, depende. Despierta y haz el favor de darnos, en primera persona del plural, un futuro en el que merezca la pena que vivan tus hijos.

miércoles, 22 de septiembre de 2010

La Función Sindical

Diario de Avisos 22/09/10
Laureano Zurita Espinosa
Es un mito que las situaciones de crisis agudicen el ingenio, como demuestra la última perla del Diputado del Común en funciones, quien sugiere que los funcionarios deberían vestir de uniforme para poder ser identificados en los bares y cafeterías. Se trata sólo de una broma de mal gusto, del género de las ocurrencias que proliferan en esta época de confusión. Mucho más graves son sus declaraciones poniendo en cuestión la profesionalidad de los funcionarios. En mi opinión no tiene razón. Jamás ha habido en este país un cuerpo de funcionarios mejor preparado que en el momento actual, en todos los ámbitos del servicio público: salud, educación, defensa, seguridad, protección civil, judicatura, servicios sociales, etcétera. La vocación de servicio, preparación y profesionalidad de la inmensa mayoría de los funcionarios está fuera de toda duda. Flaco favor hace a esta sociedad el Diputado del Común en funciones, alimentando el superado tópico decimonónico del “vuelva usted mañana” de Larra, en lugar de atender, como es su obligación, los verdaderos y serios problemas del conjunto de los ciudadanos canarios, sus representados.Es legítimo y necesario para el progreso de nuestra sociedad un debate constructivo, plural y abierto sobre el modelo de Estado y sobre cuál ha de ser el alcance de los servicios públicos. Es evidente que queda mucho por mejorar y tampoco hay duda de que las administraciones públicas tienen la obligación de rendir cuentas a la sociedad a la que sirven. Pero cuestionar lo público resaltando únicamente sus ineficiencias (que las tiene) y descalificando al colectivo de funcionarios a partir de generalizaciones basadas en las excepciones (que también existen) constituye un ejercicio de grave irresponsabilidad. Y a ésta hay que añadir el cinismo, si lo que se pretende es crear un estado de opinión que allane el camino para adoptar medidas de recorte en las administraciones, convirtiendo interesadamente a los funcionarios en el chivo expiatorio de la crisis económica que padecemos.Sobre este particular, haciendo una breve recapitulación de los acontecimientos que han derivado en la depresión económica actual y las dramáticas cifras del paro, que sufrimos con especial intensidad en nuestras islas, no encuentro a los funcionarios especialmente culpables. Todo comenzó con las famosas hipotecas basura estadounidenses, que, empaquetadas en productos financieros incomprensibles, se vendieron hasta en la más remota oficina bancaria del planeta. Este comportamiento irresponsable y codicioso, que escapó al control de los Estados y sus organismos reguladores, produjo una crisis financiera global que derivó en crisis económica. En España también tuvimos nuestras particulares hipotecas basura asociadas al boom inmobiliario. Los bancos y cajas no hacían ascos a conceder préstamos hipotecarios en condiciones de ensueño, que permitían comprar la casa, amueblarla, y aún sobraba para el coche nuevo. Mientras muchos disfrutaban alegremente de esta nueva Jauja, los funcionarios seguían, desde la segunda legislatura de Felipe González, con su sueldo congelado, o subiendo por debajo del IPC. Y nadie se acordó entonces de ellos. Cuando la burbuja inmobiliaria estalló, el Gobierno de España reaccionó tarde y mal. Tras haber negado la crisis, bajo el eufemismo de la “desaceleración económica”, a la espera de un salvador repunte que nunca llegó, no pudo sino prolongar unos meses más la lenta agonía del sector de la construcción dilapidando fondos públicos con el Plan E. Las cifras del presunto rescate a las entidades financieras siguen siendo un misterio, mientras los grandes bancos españoles continúan batiendo records de beneficios a pesar de la crisis. Los comportamientos insolidarios asociados al fraude fiscal y la economía sumergida siguen plenamente vigentes. En la esfera de lo público se mantienen multitud de organismos de dudosa utilidad repletos de puestos y cargos elegidos a dedo con elevadas remuneraciones. Y es en este escenario en el que el Gobierno de España decidió, para enjugar el déficit en las cuentas públicas, congelar las pensiones y bajar los sueldos a los funcionarios. Doble error. En primer lugar, porque esta pérdida de poder adquisitivo impacta negativamente y de forma inmediata sobre el consumo (los pensionistas y funcionarios no son seres de otro planeta: también toman café, comen, pagan su vivienda...). Y en segundo lugar, en el caso de los funcionarios, por el estímulo negativo que supone una bajada de sueldo tras más de dos décadas de congelación salarial, es decir, de estímulo nulo. Por poner un ejemplo paradigmático, no debe resultar precisamente motivador para los agentes de la Guardia Civil, que se juegan la vida a diario por la seguridad de todos, ver reducido aún más su ya exiguo sueldo.Como el acceso a la función pública es legítimo, igualitario (cualquier ciudadano puede ser funcionario demostrando su mérito y capacidad en una oposición libre y justa) y requiere preparación y esfuerzo personal, no encuentro motivo objetivo alguno para reprochar nada a los funcionarios. Y mucho menos para convertirlos en el chivo expiatorio de esta crisis. Por el contrario, echo en falta un apoyo decidido y contundente de los responsables políticos a la labor que desarrollan los empleados públicos. El único pecado de los funcionarios, a lo que se ve, es que disfrutan de una situación laboral estable en un entorno inestable. Esto es percibido por el resto de la sociedad como un agravio comparativo en tiempos de crisis económica (porque en los tiempos de dinero fácil no le importaba a nadie), pero no acabo de comprenderlo del todo. ¿No sería más sensato reclamar la estabilidad propia, que la inestabilidad ajena?

viernes, 17 de septiembre de 2010

Desquiciada propuesta del Diputado del Común

Diario de Avisos 17/09/10
(Art. de opinión de Alfonso González Jerez a la propuesta del Diputado
del Común en el día de ayer)
El señor Manuel Alcaide, que se balancea como un viejo caballero sureño en la mecedora del Diputado del Común, mientras sus negros cosechan informes que luego utilizará como tabaco de pipa, acaba de brindar otra de sus luminosas ideas: uniformar a los funcionarios públicos. Ya se sabe que los funcionarios públicos mantienen la producción cafetera de Brasil porque se pasan las mañanas vagabundeando por los baretos. Si se les impusiera un uniforme -como en la Rusia zarista o en la Corea de Kim Jong Il- no podrían ocultar su criminal y generalizado abstencionismo. Por supuesto, esta medida requeriría de la colaboración de los propietarios y empleados de las cafeterías, que estarían legalmente obligados a comunicar la presencia de los delatadores uniformes a la Policía Nacional, la Guardia Civil o la Policía Autonómica. La que llegue antes desde el bar de al lado.


- ¿Sí? ¿La policía? Mire, los llamo desde El Imperial. Hay aquí dos funcionarios desayunando.

- ¿Están desayunando o simplemente toman un café?

- ¿Un café? Uno se está mandando un bocadillo de pollo y otro un cruasán mixto. Cada uno está armado con un carajillo.

- Joder. Estonces son peligrosos. No se ponga nervioso y póngales lo que le pidan. Mandamos una unidad enseguida.

Yo creo que la natural modestia y la discreción característica del señor Alcaide le han impedido desarrollar completamente las ricas posibilidades de su sugerencia. El uniforme como instrumento estigmatizador y chivato muestra un amplio abanico de oportunidades. Los inmigrantes en trámite de legalización, por ejemplo, podrían llevar un saco de papas como traje obligatorio. Los malos dentistas andarían con polainas. Los abogados sinvergüenzas deberían aprovisionarse únicamente con chaquetas marengas de Emidio Tucci. Los padres que no hacen los deberes con sus hijos vestirían de morados, los cornudos de verde, los que están hartos de procesiones y fiestas patronales de negro, los periodistas (todos) de arlequines. Quizás fuera más económico retomar la estrella de David, de color amarillo y en el pecho, y distinguir simplemente a las personas decentes y temerosas de Dios de los perdidos sin esperanza. Sólo me queda la duda de cómo uniformar a un individuo con la suficiente desvergüenza como para llevar y cobrar casi cuatro años en funciones y soltar vejatorias necedades desde su impunidad camastrona. Quizás lo mejor sería dejarlo en pelota picada.

martes, 7 de septiembre de 2010

Huelga General en Francia

Diario El Mundo 7/09/10
Francia vive hoy una jornada de huelga general convocada por los sindicatos en protesta por el proyecto de reforma de las pensiones presentado por el Gobierno de Nicolas Sarkozy y que precismente este martes comenzará a ser debatido por los diputados galos.
El retraso de la edad de jubilación, de los 60 a los 62 años, es la principal medida del plan gubernamental, el principal caballo de batalla al que se oponen los sindicatos que esperan convocar a más de dos millones de personas en las diferentes manifestaciones previstas en el país.
Los maestros están llamados al paro desde hoy y el apoyo a la huelga está cifrado por los sindicatos en el 30%, pero el Gobierno lo rebaja al 5,6%.
En los transportes se espera una fuerte incidencia en los ferrocarriles, donde el paro ha comenzado a las doce de la noche y donde la empresa pública prevé una reducción de tres de cada cinco trenes de alta velocidad y la suspensión de la mitad de los regionales.
Cuestión de fuerza
Para los sindicatos la jornada será una prueba de la fuerza que tienen para oponerse a un Ejecutivo que cuenta con una mayoría suficiente para sacar adelante una reforma a la que no parece dispuesto a renunciar.
"No seré un presidente más que me vaya sin haber solucionado el asunto" de las pensiones, aseguró el pasado viernes Sarkozy, sabedor de que esta espinosa cuestión hizo recular en el pasado a algunos de sus antecesores en el cargo.
Para obligar al Gobierno a rectificar, los sindicatos necesitan hacer una prueba de fuerza que muestre que una mayoría del país está en contra de los planes del Gobierno.
La cifra de dos millones de manifestantes es un referente, porque es el número que los sindicatos aseguran que
salieron a las calles el pasado 24 de junio en la jornada de protesta contra la reforma de las pensiones, una cifra que el Gobierno redujo a los 800.000.
Las centrales sindicales son conscientes de que sólo un gran éxito de la convocatoria puede hacer al Ejecutivo cambiar sus planes en el trámite parlamentario de la reforma.
El eslabón más débil de la cadena
El encargado de defender la propuesta del Gobierno, el ministro de Trabajo, Eric Woerth, aparece como un eslabón débil del gabinete, implicado en el
'caso Bettencourt' sobre tráfico de influencias en torno a la multimillonaria heredera del imperio cosmético L'Oréal.
Woerth, un convencido "sarkozista", cuenta por el momento con el apoyo del presidente, pero su figura aparece cuestionada en un momento en el que tendrá que dividirse entre la reforma más importante del mandato de Sarkozy y su defensa de los ataques por su papel jugado en ese caso.
Ante ese ambiente, antes incluso de conocer la amplitud de la huelga general, el Ejecutivo ha dejado entrever que está dispuesto a suavizar un tanto su reforma, aunque no cuenta con renunciar al núcleo de la misma, que consiste en aumentar los años de cotización retrasando la edad de jubilación.
Situarla en 62 años y elevar a 67 la edad mínima para cobrar el 100% de la pensión, frente a los 65 años, aparece como una ambición irrenunciable para Sarkozy. Pero fuentes del Elíseo han dejado abierta la puerta a la introducción de cláusulas particulares en favor de las carreras largas, de los trabajos de particular dureza o los que han cotizado en diferentes regímenes.
Saber si esas concesiones calmarán a los franceses dependerá en gran medida del éxito de la huelga.

lunes, 6 de septiembre de 2010

"HuelgaGeneral.info" : El portal de CGT para la Huelga General del 29-S

Contra el decretazo, el tijeretazo y el pensionazo. Razones y Propuestas de la CGT.

http://huelgageneral.info/