sábado, 25 de septiembre de 2010

No fui a la huelga. Reflexiones de un empleado público

CGT Administración Publica de Córdoba

Fueron a por los sueldos de los funcionarios, a reducirlos, y dije que no haría huelga, que no estaba dispuesto a perder un día de mi sueldo.

Visto el escaso éxito de la huelga, fueron a por los trabajadores del sector privado, a abaratar el despido y deteriorar las condiciones de trabajo, y dije que no iría a la huelga, que no estaba dispuesto a perder un día de mi sueldo.

Visto el escaso éxito de la huelga, fueron a por las pensiones, a reducirlas endureciendo las condiciones de acceso y la edad de jubilación, y dije que no iría a la huelga, que no estaba dispuesto a perder un día de mi sueldo.

Visto el escaso éxito de la huelga, fueron a por los sindicatos y los sindicalistas, reduciendo su número y la capacidad de negociación de los sindicatos en las empresas, y dije que no iría a la huelga, que no estaba dispuesto a perder un día de mi sueldo.

Visto el escaso éxito de las huelgas, siguieron y siguieron empeorando las condiciones de vida de funcionarios, trabajadores y pensionistas…

Al cabo de los años, mi capacidad adquisitiva ha mermado tanto que a veces tengo dificultades insalvables para atender mis necesidades y las de mi familia; tampoco puedo hacer nada por mejorar mis condiciones de trabajo, porque los sindicatos prácticamente los han borrado del mapa; me jubilaré tarde y con una pensión mermada y, sobre todo, mis hijos tienen un futuro aún más negro. Pero yo no fui a la huelga porque no estaba dispuesto a perder ningún día de mi sueldo y no lo perdí.

Estas líneas anteriores no son política-ficción, sino lo que puede pasar y tiene grandes posibilidades de pasar si no damos un respuesta contundente. Cuando los poderosos (gobierno, banca, grandes empresarios) no reciben respuestas contundentes, lo tienen claro: se frotan las manos y siguen con las vueltas de tuerca, endureciendo más y más las condiciones de vida de los de abajo y aumentando sus propios beneficios. Hay que pararles los pies. Si la huelga es un éxito, podemos frenar la escalada de deterioro de nuestras condiciones de vida. De nosotros, de todos nosotros depende.

SÍ A LA HUELGA GENERAL.

No hay comentarios:

Publicar un comentario