miércoles, 27 de junio de 2012

CEOE-Tenerife aboga por reordenar las plantillas públicas


La Opinión, 27 de junio de 2012

El presidente de la CEOE-Tenerife, José Carlos Francisco, apostó ayer por reordenar todo el entramado de la Administración Pública canaria, en el que también incluye a todos los cargos públicos, antes que seguir rebajando el sueldo a los empleados. En opinión de Francisco, el problema no se resuelve recortando salarios, ni siquiera el de los políticos, y advirtió de que "hay personal al servicio de la Administración que está llegando a niveles salariales al límite".
Francisco asegura que esta es una opinión generalizada en el seno de la patronal tinerfeña, un asunto que se ha comentado en varias ocasiones en el transcurso de sus reuniones habituales. Asimismo, considera que reducir el número de diputados en Canarias, como se ha planteado en algunas comunidades autónomas, sea solución al problema económico que padecen muchas instituciones públicas. A su juicio, recortar de 60 a 50 el número de parlamentarios en el hemiciclo canario, por ejemplo, "sería retocar sólo la punta de la pirámide". "¿Qué supondría ese ahorro? ¿900.000 euros al año con un gasto en sueldos públicos de unos 2.000 millones?", se preguntó.
No obstante, en tiempos de recortes, el presidente de la CEOE considera que reordenar el sector público implica también organizar mejor el número de cargos públicos y prescindir de los que no sean necesarios. "Si se llevan a cabo recortes que afectan a los empleados públicos y a los ciudadanos en general, deben aplicarse también a todos los políticos y cargos de confianza. De esta forma, quienes toman decisiones tendrían más legitimidad para adoptar medidas posteriores", manifestó. 
La situación que vive hoy la Administración pública canaria y los recortes salariales que se vienen aplicando hace algún tiempo, como el que entra en vigor el próximo 1 de julio con la rebaja del 5% en las nóminas de los empleados públicos de la Comunidad Autónoma, es la consecuencia de la falta de planificación y de los excesos de los tiempos de vacas gordas "en las que muchas plantillas vivían en medio de una burbuja y estaban sobredimensionadas".
Para Francisco, lo sustancial en términos económicos pasa por ajustar las necesidades reales actuales a los centros de trabajo y sus recursos humanos. Esto implicaría mover a trabajadores hacia departamentos en los que hiciera falta personal o, incluso, en la eliminación de determinados puestos que se crearon en esos momentos de vacas gordas.
Este planteamiento se circunscribe en la línea del pensamiento generalizado de buena parte de la clase empresarial, que considera que una rebaja del poder adquisitivo de los trabajadores irá claramente en detrimento del consumo, ya que al tener menos dinero disponible el gasto será menor. De esta forma, al verse mermada esta pata de la economía que es el consumo, habrá más dificultades para la recuperación. 
Y en el caso concreto de los empleados públicos en el Archipiélago canario, hasta ahora los que han tenido garantizado salario y empleo por las propias condiciones específicas de acceso a sus puestos de trabajo a través de concursos y oposiciones, José Carlos Francisco apunta que es más preocupante aún que vean mermado su nivel adquisitivo.

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